miércoles, 17 de febrero de 2010

Back to the Future

Hacía tiempo que quería ir al cine, y el malón de buenas películas me estaba comenzando a exasperar. “Che Caro, ¿vamos a ver Avatar en 3D?” “Ni empedo”. “Che Ana, ¿vamos a ver Avatar en 3D?” “Tengo que estudiar”. “Che Mica, ¿Vamos a ver Avatar en 6D?” “Ok“. Y siempre con su gran afecto y capacidad de expresión tan característica, la grande de Mica me acompañó. Y Vero también. Así que Mica, Vero y yo, y los anteojos, los pochoclos, las gomitas y la Coca Cola, nos metimos en aquella sala que cual boluda pensó era “especial“, hasta que se dio cuenta que lo especial en realidad lo generaban los anteojos puestos.. Pero bueno, dejando esta acotación sin relevancia, más teniendo en cuenta de quién viene, continuo con el relato de este suceso.

La cosa es que una vez en las butacas, y con las gafitas puestas, comencé un viaje a otra dimensión en todo sentido, que además de traerme al Avatar a la altura del apoya brazo, me trasladó a estar al mismo tiempo con 26 años en el cine, y sentir la emoción de cuando tenía 7 años. O sea, yo estaba en Disney, o estaba viendo a Papá Noel, o me estaba arrancando un diente para que el ratón Pérez me trajera diez mil australes. Estaba FASCINADA!!!! No me alcanzaban las manos para embocarle al valde, tomar la Coca Cola, ajustarme los anteojos, comentar con mis amigas y ver la película. Woooooow, dije. Qué locuuuuuuuuura que es esto!!!!! Volví a sentir lo que es ser una mocosaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! Claro ahora decime, ¿cuándo vas a ver una película así con tus amigas? No. Ahora te juntás para salir, ir a bailar, cenar, tomar algo… Sí obvio no te vas a juntar para jugar al Quién es Quién, pero ¿PORQUÉ NOOOO???!!!!! Digo, damos por sentado que estamos grandes para esas cosas, que hay una edad para todo, y así el Adulto se olvida del pendejo que tiene adentro, que se divierte con el Bubble Bubble del Facebook, que le saca el Guitar hero al sobrino/hermano/primo y se caga de risa mirando Toy Story (la 2 sobre todo), con la excusa de “jugarle y entretener al pibe”.

Y me puse a pensar (para variar), cuántas cosas que sin avisar dejaron de ser, dejamos de hacer, y que sin embargo cuando nos encontramos haciendo alguna de ellas, nos embalamos como si tuviéramos 10 años otra vez. A mi me pasa a veces que escucho un temón no, y comienzo tarareando y moviendo la cabecita, y al tercer acorde quizá después termino arriba del sillón (altura del espejo), bailando sola como loca y creyéndome Shania Twain. (Sí, soy una HDP) Pero claro cuando yo era chica, me la pasaba disfrazándome, y bailando frente al espejo, y no me sentía una boluda. Me sentía Dios!!!! Pero claro si lo hago ahora, cierro la cortina por supuesto y pretendo que aquello jamás sucedió... (Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh)


Nos acostumbramos a cierto estereotipo de diversión. Cuando pensamos en organizar algo para divertirnos con los grandulones de nuestros amigos, inmediatamente lo asociamos con salir de joda, o juntarnos en una casa o en un bar, y ojo está perfecto, ni en pedo pretendo anular estas actividades de tu agenda eh, no te asustes. Pero no estaría bueníiiiiiiiiiisimo también volver a jugar una carrera de autitos en la previa del cheboli??!! O por ejemplo un martes, en lugar de ir a tu casa y abrir el Facebook por vigésima cuarrrta vez en el día, porqué no, ir a patinar sobre hielo con una amiga??!! La estoy limando mucho? ….


Bueno lo que pasa es que divagué, divagué mal… Me acordé hasta cuando era chiquita y en las reuniones familiares me quedaba dormida y mi viejo me llevaba a upa a la cama y hasta me ponía el pijama y me tapabaaaaaaaaa!!! No era lo más???? Que te lleven caminando arriba de sus pies! Ir a la playa y que te hagan saltar las olas!!!!! Que te llenen la bañadera y que se te arruguen los dedos de quedarte jugando dos horas, hacer zapping entre Cartoon Network, Cablín y Big Channel. Mr Hipo, He-Man y los Thundercats!!! Faaaaaa, eran un programón!!!
IR AL KIOSKO Y COMPRARTE UNA BOLSA DE PALITOS DE LA SELVAAAAAAAA!!!!!!!!!!!
Ligar “bolsita”, si “bolsita” en los cumpleaños, y tener Piñata en el tuyo!!!!!
Jugar al Delegado, la Brujita de los colores (Bueh , sí, soy mina, qué querés que haga???), la escondida, y la mancha cadena!!!! Llorar por Chatrán, o que tus miedos se basen en el Cuco, Freddy Kruger o los Gremlins.

Decime la verdad. La sensación que te generaba hacer cada una de esas cosas, no era algo alucinante, increíble???? Que un día simplemente dejó de ser, pasó, se fue. Y claro, ahora te sentirías un boludo importante si entraras a los video juegos y metieras un fichín al Daytona Usa o al Wonder Boy. Pucha.. Era divertido..

Creciste grandulón!!! Ya sé que ahora, ir a pedirle a tu viejo que te haga cocochito hasta el auto, además de ser un delirio, implicaría una hernia de disco a tu pobre progenitor, pero no podríiiiiiiiamos aunque sea a veces, sacarnos el abrigo de ridículos y decirle a tus amigas, “che ¿vamos a ver Avatar en 3D?”

Así que desde ahora decreto que cuando te den ganas de hacer algo que parecería de boludo grandulón, pero sabés que te encantaría hacerlo, HACELO, Porque sabés qué? Sos un boludo grandulón igual!!!!!!






martes, 9 de febrero de 2010

You’re So Vaine

You Probably think this POST is about you...

Volvía de trabajar. Me bajo del subte, y hasta llegar a casa debo caminar un par de cuadritas. En una de las esquinas, cuando el semáforo así me lo indicaba, me destiné a cruzar la calle, por aquella senda peatonal, o paso cebra, como te guste llamarlo, cuando un hijo de puta en medio de Dorrego se manda una marcha atrás. Yo freno, “espero” que retroceda, y cuando intento pasar por delante, el Señor vuelve a retomar. Recién en ese instante el susodicho decide finalmente verme, y frena. Momento en que mis ojos cruzan mirada con los suyos, y sin emitir sonido, mi cara de tuje dijo más palabras que lo que el abecedario entero pudiera decir. Pero lo peor de todo esto, no fue cómo el señor se manejó cual pancho en el patio de su casa, sino cómo en lugar de reconocer su error, o pedir discúlpas, el señor encima se enojó conmigo!!! La persona desubicada automáticamente pasé a ser yo. No solo todas las palabras que aquél abecedario mío calló, las utilizó todas y cada una de ellas el Señor, sino que él (no sé cómo) estaba libre de culpa y la que estaba errada no era más que mi persona. Pero estaba convencidísimo!!!! Si no fuera por las veinte caras de alrededor que miraban la situación y tras mis pasos me retrucaban la locura que tenía el tipo encima, te juro que dudaba si en mi costumbre de vivir en un bunker, se había dictaminado una ley que permitía el libre albedrío en las calles TOP de Lash Cañitash.

Creo que me encuentro avalada para afirmar que hoy, la gente hace lo que se le canta. Y me incluyo. Somos tan grosos, que fuimos nosotros quien creamos a Dios y hasta lo matamos…. Y por ser taaaaan grosos parece que esto nos da el derecho a hacer y deshacer a nuestra buena y mala gana.

Sin embargo existen reglas, normas de convivencia, leyes, que alguna vez fueron establecidas por algún motivo lógico, pero pareciera que si esta ley implica un disgusto para nuestra persona, es motivo suficiente para cagarse en ella. Y aquí es donde quería llegar. Hoy nos encontramos viviendo bajo una filosofía de me cago en el otro cuya magnitud pareciera conseguir el efecto de que la única ley cierta es la propia.

Todos los días somos testigos de algo de esto.
Sino es el que pasa el semáforo en amarillo que claro sólo vemos mal el que lo hace en rojo, es el que frena sobre el paso peatonal, estaciona en doble fila, y sí, aquí también éste se indigna si alguien fuese a ponerle una multa. “PERO LO DEJE UN SEGUNDO!!!!”.……
La moto que se autoimpuso la onda verde y la doble mano. El tipo que se te cruza por la mitad de la calle. El “impaciente” que te caga a bocinazos mientras estacionás.
Para pedirte permiso ahora con suerte te dicen correte, sino, te empujan directamente.

El kiosko que no puede vender alcohol se puso un delivery de bebidas alcohólicas, y vos tenés su número pegado en la Heladera.
El cartel de prohibido fumar en un bar parece ocultar un agujero en la pared. Y yo claro, me prendo un cigarrillo.

Te enfurece que te roben el celular, pero te comprás películas truchas.
Te quejás que la calle está sucia, pero te da mucha paja ir hasta la esquina y tirar el papel en el tacho. Vas al cine, y siempre hay un forro que no apaga el celular.
Si al tipo de al lado le roban la billetera , vos seguís caminando. Y él también… ¿Qué vas a hacer? ¿La denuncia?

Y así, ya no importa nada de nada. Vale todo. Y ya no estoy hablando de tu rol como ciudadano, sino como ser humano, mirando tu ombligo, y olvidando incluso lo que te pide aquél otro, que es tu amigo, tu pareja, tu viejo, o alguien que te quiere.
Me di cuenta que estoy viviendo en una sociedad que quedó huérfana de códigos, y el respeto quedó durmiendo en un cajón.

Y es que loco, no podés ir siempre por la vida haciendo lo que querés, bajate del caballo de tu Ego, porque también estoy yo, y te guste o no, vivo en el mismo mundo que el tuyo.
Y entonces elegís hacer las cosas bien, mirar al otro, intentar escucharlo, creer en él, y te cagan otra vez, y otra vez, y otra vez. Te pasan por encima, te lastiman, y no te ven. Y entonces todo pierde sentido.

Hoy veo tal efecto dominó, que si alguien te cagó, por defecto, vos cagás. Y valga la redundancia, me parece que esto es una mierda. Si a causa de que te jodieron sin merecerlo, en una misma situación vos hacés lo mismo, te justificás diciendo que es la consecuencia de lo que te pasó. Y lo que no te das cuenta, es que así te transformás en esa persona que te lastimó, que se portó mal con vos, que te cagó, que odias, y hoy nada te diferencia de ella. Y quizá en tu camino se cruza alguien como aquél que eras, que eligió creer en vos, que te ve, te escucha, y vos ya no lo ves, y encima le hacés aquel daño que te hicieron, porque te sentís con el derecho de hacerlo, condenando a aquella persona a sufrir lo que sufriste vos, sin merecerlo.

¿Pero sabés qué pasa? Te estás equivocando y fiero… Porque te tenés que dar cuenta que “El Otro” no te define. Que haber sido víctima no te da el derecho a ser victimario, que te hayan lastimado no te da el derecho a lastimar, de joder ni faltar el respeto a nadie, y menos a aquella persona que no fue el culpable de tu dolor, y que lejos estuvo de desearte el mal.

Así que por más que te cueste un huevo o un ovario, la próxima vez, dejá de mirarte el ombligo, de creerte todopoderoso, porque lo único que sos, es un pedante engreído que no puede vivir solo!!!!!!!!!!!